sábado, 4 de febrero de 2012

Acuerdos Iglesia-Estado

Ya tiene nuevo Secretario General el PSOE, un viejo conocido de la política española, y desde luego una persona hábil, políticamente hablando.

Desde luego este post no es para hablar del Sr. Rubalcaba, que desde luego no es santo de mi devoción, sino para reflexionar acerca del pavor que en algunos medios periodísticos cristianos ha despertado de sus palabras en el discurso programático que en la mañana previa a la elección ha dicho haciendo referencia a la urgente necesidad de revisión de los Acuerdos Iglesia-Estado del año 1979, como uno de los elementos más importantes que distinguirá la revitalización del partido.

Vamos a analizar un poquito estas palabras que no dejan de ser un brindis hacia la galería más retrograda del socialismo español. En primer lugar el PSOE tiene 110 diputados, no gobierna y como no gobierna no es nadie para decir ahora que va a revisar los acuerdos con la Iglesia católica.

Ha estado cerca de ocho años en el gobierno y casi una vez por año cuando la Iglesia le salía contestona amenazaba con la revisión de dichos acuerdos, y yo me pregunto ¿lo hizo?, pues no. Bien por la habilidad de los miembros de la Secretaría de Estado Vaticana o porque en el mismo gobierno socialista descubrían que no les interesaba dicha reforma.

No debemos olvidar que los Acuerdos son entre dos estados no entre el Estado español y la Conferencia Episcopal, por tanto no se pueden denunciar ni revisar sin más. Pero lo más importante ahora el PSOE esta en la oposición y podrán gritar lo que les apetezca, pero ya no tienen fuerza ni poder para legislar en esta materia, al menos los próximos cuatro años.

Pero una reflexión acertada y aprovechando una coyuntura favorable (entendamos favorable como exenta de amenazas del tipo “si no te portas bien vas a ver”) como es la actual en el diálogo Iglesia-Estado si debería llevar al gobierno actual y a la Santa Sede a revisar dichos Acuerdos que firmados en el 1979 necesitan de una revisión para actualizar algunos puntos como son: en primer lugar la cuestión patrimonial de la Iglesia, a nivel de mantenimiento de los templos como monumentos históricos, evitando los impuestos que llevan su restauración, así como evitar la imposición del IBI, y otros impuestos que aplicados a las entidades religiosas imposibilitarían el poder conservar los edificios.

Es necesario también revisar la ley de conciertos con los colegios concertados, buscando que dicho concierto sea indefinido una vez aprobado, no en función del alumnado o de la identidad del centro o materias que se impartan. De una vez por todas, el concierto debe dejar de ser renovable todos los años. Para evitar la situación que puede aparecer en breve al exigir un número mínimo de alumnos a los centros para mantener el concierto, fruto de los recortes que se están aplicando a la enseñanza.

Otro elemento a revisar, la situación de la clase de religión dentro del proyecto curricular de los centros que con la última Ley de educación quedó relegada a una asignatura poco menos que extracurricular.

En definitiva claro que hay motivos para revisar los Acuerdos Iglesia-Estado pero si se hace no es por el miedo a que viene el lobo, sino para una mayor clarificación de la presencia de la Iglesia en las cuestiones patrimoniales, educativas y sociales dentro del conjunto del Estado español.